A lo largo de mi carrera periodística he entrevistado a innumerables personajes, unos más destacados que otros. Desde presidentes e innovadores que cambiaron la historia del mundo, pasando por economistas, abogados, policías, bomberos, artistas, escritores, diseñadores, estudiantes, líderes sociales, guerrilleros, mendigos, inmigrantes o personas en diferentes áreas que tenían una historia que contar.
Sin embargo, la entrevista más exitosa y comentada de todas ha sido la que le hice a mi mamá. En aquel momento, mi madre tenía 75 años y sonaba vital, genuina, amorosa. Además, lucía hermosa, elegante y coqueta. Fue una charla en la que hablamos de su vida, de su historia como inmigrante, de la dinámica de familia, de algunas anécdotas recurrentes en nuestras charlas de sobremesa y de lo que significaba para ella ser la madre de una periodista como yo. En esa conversación desnudamos el alma y terminamos fundidas en un abrazo sellado con lágrimas. Es un testimonio de inmenso valor emocional que sus hijos y nietos atesoramos. Simplemente no tiene precio.
Mi padre, un poco celoso, al ver el éxito que había tenido aquella entrevista, me pidió que algún día grabáramos un video similar. Estaba decidida a hacerlo porque si alguien tenía historias fascinantes para contar y una vida intensa y plena era él. Pensé que tenía tiempo para grabarlo, pero me equivoqué. Me he quedado con esa gran deuda porque mi papá ya no está. Ya no cuento con esos relatos magníficos, en su propia voz, que marcaron su vida y enriquecieron la mía, así como la historia familiar.
El tiempo pasa, los recuerdos se desvanecen, las fotos se pierden, los videos se borran o las personas fallecen. A un alto precio, finalmente entendí la importancia de descubrir y documentar la historia de vida de nuestros padres y abuelos y también la nuestra.
Así nació Life Memories, porque todos tenemos una historia única y personal para compartir. La vida es una colección de momentos y de experiencias que determinan lo que somos. No importa si esa vida ha sido fascinante o algo sencilla. Esa historia es importante para nuestros seres queridos.
¿Qué pasaría si te digo que puedo capturar y congelar esos recuerdos, que puedo ayudarte a preservar la esencia de aquellas memorias más preciadas de tu vida y dejar una huella perdurable para todos los que te quieren?
Solo tienes que rescatar en tu memoria esas historias de familia para que todos conozcan sus raíces. Piensa en las picardías de infancia, las anécdotas que te convierten en el centro de atención, aquellas historias de amor inolvidables, las experiencias y lecciones aprendidas, los esfuerzos y desafíos que superaste, los consejos desde la sabiduría de los años vividos, lo que tanto has valorado y atesorado, aquellos lugares y momentos que te han hecho inmensamente feliz o que te sacaron una lágrima, ¿y por qué no? lo que hubieras querido decirle a un ser querido y aún estás a tiempo.
¿Cuáles son esos relatos que llevan tu sello, tu huella y que tus familiares no dejarán de contar, de manera que tus vivencias perduren en el tiempo y trasciendan para siempre?
Esta es una oportunidad de celebrarte a ti mismo y revivir instantes memorables. Sentirás la satisfacción de compartir tu legado para la posteridad.
La vida es una sola, pero los recuerdos son para siempre. Tu historia es única, así que déjala brillar para que recobre vida y quede inmortalizada en una memoria visual, privada, familiar e histórica para la eternidad. Será una especie de testamento que compartirás con las siguientes generaciones.
Te invito a embarcarte en un viaje inolvidable: un recorrido por los momentos más significativos de tu vida, aquellos que capturen la esencia de lo que eres y viviste.
Yo me encargo del resto. Será imposible olvidarte.